Los campos empiezan a florecer lentamente, siempre que haya llovido lo suficiente. Mayo es en realidad el preludio del verano, primaveral durante el día y todavía un poco fresco por la noche.

 

El amanecer sobre Mallorca:

El amanecer en el sureste de Mallorca es un verdadero espectáculo natural. Los primeros rayos de sol bañan el paisaje con una luz cálida y dorada e iluminan los campos y los olivares. El cielo se tiñe de suaves tonos pastel que van del rosa al naranja.

Campos floridos en primavera: 

En primavera, los campos del sureste de Mallorca se transforman en un colorido mar de flores. Almendros, algarrobos y chumberas se cubren de delicadas flores blancas, rosas y amarillas. El aroma del azahar inunda el aire y atrae a abejas y mariposas.

Salida de la luna sobre la bahía:

Cuando el sol se pone, la luna comienza su reinado en el cielo. Su luz plateada se refleja en las tranquilas bahías y lagunas del sureste. La noche se llena de luciérnagas y cigarras dando su concierto.
Los alrededores de Portocolom son un punto de partida ideal para descubrir la belleza del sureste.
Desgraciadamente, el cambio climático también ha hecho mella aquí, ya que la primavera suele ser demasiado cálida. Se puede perdonar a los veraneantes por ello, pero la isla sufre las consecuencias del clima.

Aún hay hermosos campos de flores, pero por desgracia ya no es tan fácil encontrarlas como hace unos años. No llueve y hace demasiado calor.